En la marcha de la CGT que terminó con el ya histórico cantito: “Poné la fecha la puta que te parió” recordamos las imágenes que recorrieron el mundo: una multitud de laburantes encaramados al escenario, desaforados, reclamando a “sus representantes”.
Bien, allí quedó, en la huída, olvidado el atril que utilizaron para sus tibios discursos. Alguien se lo llevó a su casa y lo puso en venta en un conocido sitio online de ventas.
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