En estos nuevos y dinámicos tiempos, no son pocas las oportunidades en las que un pibe o piba de 14 años (o menos) nos sorprende con su lucidez, hablando de política.
En el marco de “el ruidazo” último, en protesta por las demenciales tarifas impagables de servicios públicos, al que se le sumó un nuevo aumento de más del 30%, mucha gente salió en diferentes puntos de Buenos Aires y todo el país a repudiar el latrocinio.
Fue allí que sin indignarse, ni alzar la voz, como tampoco jugándola de Che Guevara o dueño de la verdad, un pibe de 14 años definió con claridad prístina, que viene siendo lo que necesita la argentina para dejar atrás este desastre.
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