Quizá como fruto de tanta tenacidad para no asistir a a las sesiones durante todo el tiempo en que fué legisladora.
Quizá por tener a su lado como “Asesora Parlamentaria” a su prima kinesióloga.
O quizá de puro soberbia e ignorante nomás; Michetti protagonizó otro papelón institucional, al mostrar un desconocimiento profundo de las mecánicas y reglamentaciones que rigen el funcionamiento de la cámara alta.
Cabe a esta altura señalar, que tanta impolutez de la que hace gala el gobierno de la alegría, no le impidió hasta el dia de ayer a Michetti poseer un doble cargo, una doble función y una doble dieta. Ya que se desempeñaba hasta la víspera como Vicepresidenta y ostentaba además el cargo de Senadora, cargo al que no renunció antes de asumir como Vicepresidenta de la Nación, a pesar de haber tenido la oportunidad de hacerlo como marca la Constitución Nacional, en la última sesión del Senado, post Ballotage, como tampoco tuvo la deferencia de presentar su renuncia por escrito, para mantenerse aunque sea de una manera precaria dentro de la legalidad.
Lo cierto es que como suele ocurrir en estos casos, en los que tanto NO va el burro a la fuente, que finalmente se olvida de como abrevar en ella, Michetti solicitó “votar el ingreso de los pliegos de Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz a mano alzada”, lo que ameritó la intervención de Juan Pedro Tunessi (secretario parlamentario) para corregir el dislate y explicarle que el ingreso de pliegos no se vota.
Fueron menos de 30 minutos, no obstante resultaron mas que suficientes para dejar constancia pública de que la Vicepresidenta de la Nación se encuentra a la misma altura política e institucional que el Presidente de los Argentinos.
Efectivamente, ambos al igual que gran parte de su gabinete se encuentran a la altura del zócalo del baño de la Democracia.
Daniel Arce