Con la memoria fresca (o caliente) por la cosecha de repudios que realizó en su Via Crucis eléctrico rumbo a quilmes. Oportunidad en la que en diversos puntos del trayecto, la gente se acercaba al tren, para recordarle que “van a volver” y que “es una basura, símil dictadura” MMM optó por el perfil bajo, bajísimo, tan bajo como una rata.
No importó que previamente se hubiera convocado a la prensa, como tampoco importó el protocolo, o la cortesía de avalar públicamente en su propio territorio al dúo dinámico Vidal-Tagliaferro. Como tampoco tuvo ningún interés en dirigir unas palabras a las personas que se habían acercado curiosas al observar el despliegue de tantos autos de gama “High End” en el obrador, para descubrir ipso facto que la novedad se trataba del relanzamiento de la obra iniciada por la gestión K.
Se lo notó nervioso, raro, como encendido, con ojos hinchados como si hubiera dormido muy poco, o si recién se levantara (o ambas cosas)
Solo esbozó una sonrisa forzada dirigida a la foto de rigor para la prensa presidencial y luego huyó raudo como alma que lleva el viento.
Eso fué todo. Un poco menos que de costumbre. Aunque resulte dificil. Aunque resulte increíble. Fué menos. Mucho menos de lo mismo.
Daniel Arce