Los vi en los diarios lejanos de la década de los arduos ’60, desembarcando firmes en la Rep. Dominicana y avanzando en Santo Domingo con sus siempre listas metralletas y con sus cascos, rubios todos, mascachicles y justicieros.
Después los vi… (en verdad nunca dejé de verlos), entre escombros, entre la muerte, siempre entre la muerte, desde Vietnam hasta Laos y Camboya, y después Grenada, Panamá, Somalia, Yemen, Irak, Afganistán, Libia… como los fieles representantes de la noche cerrada, la barbarie, y el despojo.
Jamás imaginé que vería a uno, en verdad vi a 5, personalmente, en esta vida, pero la historia es ésta, ésta la infamia, y éstos los tratados puercos con que están desbarrancado y haciendo migas y polvo al país…
Eduardo Dalter
– Advertisement –