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Ni bien se supo que los sufridos funcionarios (siete) de primera línea del gobierno, incluido el vocero presidencial Ivan Pavlosky habían llegado sanos y salvos mientras que el resto de los pasajeros, y los rescatistas emprenderían el regreso a pie las redes estallaron de furia.
Se denunciaba directamente “abandono” de los pasajeros que pasaron la noche en condiciones deplorables y sobre todo de los bomberos voluntarios catamarqueños, que atacaron a pie la montaña durante la noche para para llevar abrigos y provisiones a los ocupantes del helicóptero, caminaron con la carga, durante 12 horas por huellas de animales y a campo traviesa para llegar cuanto antes y brindar apoyo.
Estuvieron en el lugar del aterrizaje forzoso antes del mediodía, y ya estaban listos para iniciar el descenso con algunos pasajeros cuando llegó el helicóptero de rescate y se llevó solamente a los funcionarios. Los demás iniciaron el descenso a pie y llegaron a Aconquija ya entrada la noche. Los rescatistas caminaron durante todo el día con temperaturas bajo cero, cargando provisiones y abrigos a la ida y lidiando con pasajeros menos avezados de vuelta. ¿No podrían haber mandado otro helicóptero a buscarlos? O para ellos son “ciudadanos de segunda” que no merecían lo mismo que los funcionarios?
