A pesar de los ánimos triunfalistas amarillos, hoy no somos Suiza. Veamos lo que en realidad nos dejó como saldo la corrida cambiaria y el temido martes negro.
El Banco Central de la Nación Argentina perdió en total unos $11.443 millones de reservas en pocos días; el dólar futuro (exacto, eso mismo por lo que está procesada la presidenta mandato cumplido y senadora Cristina Fernandez de Kirchner y el diputado Axel Kicillof, entre otros) llegó a venderse a $33 mangos, se firmaron contratos por 864 millones.
Ahora deberemos aprender un nuevo término: BOTES (Bonos del Tesoro Nacional) si, si, parece una gastada, pero no, o si, no se, pero es real, y se colocaron hoy $73.250 millones en bonos en pesos a tasa fija que quedaron en manos de fondos buitre a una tasa del 20% anual. Se renovaron $617.000 millones en LEBAC a 30 días con una tasa del 40% nominal (efectiva es mayor), más $5.000 adicionales con las mismas características, o sea que en un mes vamos a estar con un stress similar. En los días anteriores, el Banco Central recompró en total 60.000 millones en LEBACS, en mercados alternativos para frenar al dólar, a una tasa del 70% promedio.
Unas de las que más perdieron fueron las PYMES, ya que su financiamiento se fue a un 80% en diferentes bancos y en tarjetas de crédito, supera el 100% en financiamiento anual.
El riesgo país, volvió a nuestro vocabulario, trepó por encima de los 500 puntos, y nos colocó en el podio de las economías más vulnerables del mundo.
Lo peor de todo es que desde el inicio de esta corrida cambiaria nuestra moneda se devaluó casi un 25% en total, con todo lo que ello conlleva, es decir se traducirá directamente en inflación, que en el primer cuatrimestre del año ya casi pisa el 10% de la meta ficticia planteada por Dujovne del 15%, aunque en realidad, los privados ya hablan de una anual superior a la de 2017, más cercana al 30%.
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