Pero, lo que nos ocupa en esta crónica, es contarles que también allí, en la lejana Europa, el hit del verano en su versión otoño, sonó y fuerte. Si bien no tuvo la contundencia que vimos en nuestras canchas, lo cierto es que un nutrido grupo de compatriotas se fue preparado a la cancha, portando banderas alusivas a las offshores del la cúpula del gobierno argentino y también con remeras que hacían mención a los cánticos.
Llegó para quedarse. El hit que nació en las canchas, pero se replicó ad infinitum y en las versiones más dispares en todos lados, llegó a España, y todo indica que va a sonar fuerte también en el Mundial de Rusia.
¡Canten todes!
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