Alberto Fernandez, dirigente massista, se encontraba cenando en un conocido restaurant de Puerto Madero, lugar donde es habitué.
En el local, a pocas mesas de la suya, se encontraba cenando una pareja, un hombre mayor junto a una joven, la cual supimos luego que es su hija. En un momento, la joven se levanta y se va al baño, y el hombre, visiblemente alcoholizado aprovecha el momento para acercarse al político.
Comienza a increparlo a los gritos: “Ladrón, chorro, vos defendés a la chorra, hijo de puta…”; y repetía sin cesar esas palabras. El agredido solo repetía que lo deje tranquilo. Varios comensales se sumanron al pedido de tranquilidad, pero nada hacía entrar en razones al agresor.
Allí se produce la confusión. Fernandez se levanta de la mesa, a fin de alejar al agresor, el hombre se abalanza como para pegarle, golpea el hombro y se cae. Desde el piso comienza a gritar que le habían pegado. Los presentes le piden que la corte, ya que incomodaba a toda la concurrencia.
Frente al disturbio, el personal pidió la intervención de Prefectura, quien dterminó que dado el estado de ebriedad, no daba ni para labrarle un acta. Lo levantaron del piso y comprobaron que el pequeño corte que había sufrido al caer no revestía gravedad alguna. Fue antendido por un comensal que era médico, igual fue trasladado en ambulancia para cerrar la herida, como precaución.
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