La elección de enviar representantes de tercer nivel por parte del FMI es un mensaje claro de escepticismo y cautela hacia las medidas económicas adoptadas en Argentina. Este gesto indica que la entidad internacional no tiene grandes expectativas de que el gobierno argentino pueda cumplir con las demandas y reformas necesarias para estabilizar su situación financiera.
Los resultados de la reunión fueron impactantes para los funcionarios argentinos, ya que se reveló que los avances en el primer mes de gestión están significativamente por debajo de las exipectativas del FMI. En particular, cinco puntos críticos del plan económico demostraron un descalabro alarmante:
Tasa de Interés Positiva: Contrario a las recomendaciones del FMI, Argentina multiplicó la inflación y redujo su tasa de interés, indicando una dificultad en la implementación de políticas monetarias alineadas con las expectativas internacionales.
Brecha Cambiaria Inferior a 20 Puntos: La brecha cambiaria si bien logró reducirse al nivel estipulado por el FMI en la megadevaluación del 120%, no ha parado de crecer hasta superar en menos de un mes el 50% generando preocupaciones sobre la estabilidad del mercado de divisas y la capacidad del gobierno para controlar la volatilidad.
Marcado Descenso del Déficit Fiscal: Las medidas implementadas no han logrado reducir de manera significativa el déficit fiscal, generando incertidumbre sobre la capacidad del gobierno para controlar sus finanzas.
Emisión Monetaria 0: A pesar de los esfuerzos declarados, la emisión monetaria ha alcanzado niveles estrafalarios que marcaron record de emisión monetaria, planteando interrogantes severos sobre la capacidad del gobierno para controlar la inflación.
Metas de Mediano Plazo “Razonables”: Las metas establecidas para el mediano plazo se encuentran en un terreno lindante a la fantasía, generando dudas sobre la viabilidad y realismo del plan económico.
El mensaje entregado por Caputo y Posse a Milei fue devastador, ya que se señaló la falta de un “plan B”. La turbulencia interna en el gobierno podría llevar a una salida del Ministro de Economía, generando un tembladeral político con consecuencias impredecibles. La crisis económica se intensifica, y la presión tanto interna como externa se incrementa, ante un gobierno que decide aferrarse a un puñado de dogmas bizarros que no convencen a nadie, por fuera de su círculo mágico de militantes digitales.