Carlos Bianco, figura clave y mano derecha de Axel Kicillof, ha iniciado movimientos políticos significativos, vislumbrando un futuro más allá de la provincia de Buenos Aires. Tras la repentina salida de Martín Insaurralde, su rol toma mayor relevancia en el contexto de la pelea interna del peronismo y la incertidumbre política que enfrenta el país.
Con la mira puesta en el escenario pos-Milei y considerando el desgaste del peronismo, Bianco emula su estrategia de 2019, iniciando visitas a intendentes y gobernadores con un mensaje claro: prepararse para resistir a Milei y consolidar la figura de Kicillof como líder. Su primera parada será junto al gobernador de Río Negro, Pedro Pesatti, un actor clave en temas como hidrocarburos.
En Médanos, cabecera del partido de Villarino, me reuní con la diputada provincial Fernanda Bevilacqua y los secretarios de Gobierno y de Planificación y Control de Gestión del municipio, Gonzalo Silva y Carlos Morelli, respectivamente. pic.twitter.com/oycbwm83Kf
— Carli Bianco (@Carli_Bianco) January 10, 2024
Esta movida cobra relevancia en el contexto del rearmado del peronismo, alejándose de la estructura de La Cámpora. “Tenemos que despegarnos rápidamente del mote de La Cámpora. Somos kirchneristas, no podemos ceder nuestra identidad, pero ellos son un lastre”, señala un ministro que analiza la política bonaerense.
Bianco, al alejarse de la Jefatura de Gabinete, ha ganado paciencia y una perspectiva más estratégica. Su capacidad para reunir voluntades y gestionar recursos lo posiciona como un jugador clave, respaldando a Kicillof, quien mantiene una sólida imagen en el peronismo nacional. Este escenario sugiere un cambio de fichas en la política bonaerense, marcado por la astucia y la proyección de poder a futuro.