El diálogo entre el Gobierno y la CGT se vio deteriorado desde la publicación del DNU, donde puntos sensibles para los sindicatos fueron incluidos a pesar de las promesas de exclusión por parte del ministro del Interior, Guillermo Francos. Frente a esta situación, Milei manifestó su disposición a recibir a líderes sindicales, a pesar de no haber tenido contacto formal con ellos desde su asunción.
El acercamiento propuesto refleja una intención negociadora por parte del Gobierno, que ha notado el malestar de los sindicatos tras las medidas adoptadas. La CGT, con divisiones entre sectores moderados y combativos, mostró descontento y planea un paro de 12 horas para el próximo 24 de enero.
Aunque los libertarios han mantenido conversaciones con algunos sectores sindicales, estos encuentros no son bien vistos por el corazón de la central sindical, que percibe una estrategia de división. El Gobierno busca calmar las aguas, especialmente tras puntos álgidos que afectaron intereses sindicales, como las obras sociales y limitaciones en acuerdos entre gremialistas y empresarios.
El oficialismo, a pesar de las tensiones, buscará recomponer el diálogo a comienzos de 2024. La CGT, a la espera de un acercamiento concreto, no descarta responder a un llamado, aunque mantiene la convocatoria a una movilización.
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