La ex presidenta, Cristina Kirchner, aboga por una estrategia de paciencia en El Calafate, donde permanecerá hasta fin de mes junto a su hijo Máximo. Su enfoque se centra en no apresurarse en confrontar con Javier Milei y aguardar a que la sociedad perciba al presidente como responsable de las medidas de ajuste en curso.
Cristina Kirchner sostiene la importancia de esperar a que se sientan los efectos de las medidas implementadas por el nuevo gobierno antes de emprender acciones directas. Esta estrategia, conocida como la de los 100 días, busca evaluar el impacto y la reacción pública.
En el peronismo, hay consenso en evitar críticas prematuras al nuevo presidente tras la reciente derrota electoral. Consideran contraproducente cuestionar en el primer mes del mandato y prefieren dejar correr las protestas de sectores afectados, como la cultura y los trabajadores estatales.
Aunque se prefiere la cautela en la retórica, se reconoce la importancia de permitir y respaldar movilizaciones de sectores afectados para fortalecer la posición de senadores y diputados que buscan oponerse al gobierno en curso
