Preguntaron si pueden ir al baño, querían pizzetas y empanadas, se quejaron porque necesitaban dormir la siesta…
Así como leíste. En esta primera sesión, un nutrido grupo de legisladores libertarios debutaban en su primera sesión. Por tanto, este martes tuvieron un curso intensivo para enterarse del funcionamiento del Parlamento.
Algunas de sus preguntas divirtieron y alarmaron a sus pares más experimentados. Del tipo: “¿Se puede ir al baño durante la sesión?”; o “¿podemos levantarnos si está hablando otro legislador?”. Una novel libertaria se angustió al saber de que no se le estaba permitido leer en su alocución. Ella que está acostumbrada a los guiones y productores que le hablan al oído.
Eso sí. Festejaron hasta con aplausos cuando les contaron que estaban autorizados a dormir siestas de no más de 20 minutos en sus despachos para poder sobrellevar la sesión que se anticipa maratónica.
Lo que más tiempo llevó fue ponerse de acuerdo en torno al catering. Alguno sugirió como gesto de austeridad llevar tuppers con comida. La mayoría pretendía canilla libre de pizzetas y empanadas. No faltó quien comentara con añoranza las épocas en las que la Cámara era presidida por Monzó, donde comían pesca del día.
