Cuando Miguel Pichetto pidió el cuarto intermedio, fue porque vio que ya la tenían perdida, a pesar de todos sus esfuerzos. No permitieron el ingreso de Germán Martínez, presidente del bloque de Unión por la Patria porque el cuarto intermedio tenía un objetivo claro, y no era debatir, precisamente.
Lo cierto es que Martín Menem estiró lo más que pudo el interludio, mientras Pichetto y compañían hacían frenéticas llamadas a Israel, para pedir socorro, viendo que todo se venía a pique. La única que les atendió el teléono fue Karina Milei, y lo único que les respondió fue: “Me estoy yendo a dormir”.
Quedaron de una pieza. Claramente no esperaban semejante indiferencia. Y listo. No había nada más por hacer. Comunicaron a sus aliados que la caballería no venía y que tocaba cantar retirada.