Scioli lleva dos meses aparentando ser embajador. Sigue sin nombramiento, a pesar de los rimbombantes anuncios en los medios. Está esperando que el presidente regrese de su gira mística para que firme su nombramiento. Si es que la firma.
Pero no es solamente Scioli, hay una cantidad considerable de funcionarios que aún están a la espera, ya que el Jefe de Gabinete, Nicolás Posse, no tiene autorizada la firma. Tal es el caso, por ejemplo, del ¿ex? Ministro de Infraestructura, que sigue en el cargo a pesar de ser echado hace dos semanas. No se va a ir hasta que no le firmen la designación en la Embajada de Chile.
Al margen de eso, Scioli tiene pendiente una charla con sus compañeros peronistas. Hay quienes quieren echarlo del partido, pero se acuerdan que el presidente es Alberto y sigue en España y se les pasa.
Antes de mudarse de Olivos, Alberto organizó un asado con el puñadito de fieles que le quedaban. Santiago Cafiero, Carla Vizzotti, Juanchi Zabaleta, Juan Manuel Olmos y Julio Vitobello, entre otros. Fue una comida tensa, con acusaciones cruzadas. No faltaron gritos. Hasta el ex presidente levantó una copa para pedir un “brindis por los dos principales traidores, Massa y Scioli”.
Cafiero tuvo la osadía de defender al campeón deportivo, recordando el manoseo que sufrió, con idas y venidas, corrimientos y nunca se quejó. El comentario no fue bien recibido, y fue escalando la discusión, llegando a intercambiarse gritos. Si Zabaleta no intervenía con un pedido de aplauso para el asador, no sabemos hasta dónde llegaba el conflicto.
