Milei y su reciente fracaso legislativo de la Ley Ómnibus ha dejado una estela de incertidumbre en el ámbito político argentino. Esta situación ha tensado las relaciones entre el Ejecutivo, los legisladores y los gobernadores, generando expectativas sobre la posible apertura de las sesiones ordinarias del Congreso el próximo 1 de marzo.
Diversos legisladores de diferentes bloques parlamentarios han recibido adelantos por correo electrónico indicando que el presidente, Javier Milei, está evaluando la posibilidad de no pronunciar el discurso inaugural ante la Asamblea Legislativa. Esta situación plantea la posibilidad de que Milei repita lo ocurrido el pasado 10 de diciembre, cuando se dirigió a sus seguidores desde las escalinatas del Congreso, de espaldas a los diputados y senadores.
El 15 de febrero, fecha en que finaliza el período de sesiones extraordinarias habilitado por decreto presidencial, ha marcado un momento crucial. Pero, aunque faltan días para que finalice, no hay visos de que se vuelva a convocar a sesiones o a labor parlamentaria. Recordemos que el presidente está muy enojado con los parlamentarios. Tanto es así que prometió no enviar más leyes en todo el 2024.
Hay expectativa entre los legisladores de su espacio, ya que esperan que al regreso del presidente se produzcan significativos cambios, que se van anoticiando en los portales, ya que no tienen canales de comunicación abiertos.