¡Hey, gente! Les traigo noticias serias sobre la economía que nos afecta a todos. Resulta que la plata que entra al gobierno por los impuestos se está desplomando más que un castillo de naipes en una tormenta. Síp. Así de feo está el panorama.
Según los números del Ministerio de Economía, la recaudación ha caído un 33% en febrero comparado con el mes pasado. Y eso que la inflación está por las nubes. Todos los impuestos, desde el IVA hasta las Ganancias, están en caída libre. La única excepción es el Impuesto al Cheque, que subió un 4%. Pero el resto, ni hablar, todos para abajo.
¿Y saben qué? El gobierno antes daba una mano con la devolución del IVA para quienes ganan menos de 700.000 pesos, pero eso ya es historia. Ahora, ni eso. ¡Así como leés!
Veamos qué está pasando por áreas:
- Las retenciones se desplomaron un 65%. ¡Casi nada!
- El IVA se fue al suelo con una caída del 40%. Menos consumo, menos recaudación, así de simple.
- El Impuesto PAIS retrocedió un 14%. Menos guita entrando al país, menos ingresos.
- Las Ganancias… ¡ay, las Ganancias! Se contrajeron un 48%. Una verdadera catástrofe.
- Y los aportes a la seguridad social… cayeron un 31%. Menos plata para la jubilación, ¡qué mal!
- Y si pensabas que la cosa no podía empeorar, escuchate esto sobre los salarios. Con los ajustes anunciados, el salario mínimo está más bajo que la autoestima de un caracol. ¡Menos del nivel de los años 90! Y para colmo, con el plan de devaluación y ajuste de Javier Milei, ¡los trabajadores perdieron un billón de pesos! ¡Un BILLÓN!
¿Y quién es el culpable de este desastre del desplome de la recaudación? Pues Milei, con Caputo que decidió hacer una devaluación tan fuerte que la inflación se fue de paseo y el poder adquisitivo del salario se esfumó como agua entre los dedos. Según los estudios, ¡más de un billón de pesos se evaporaron del bolsillo de los trabajadores! Y eso sin contar las pérdidas por aportes y contribuciones.
Para resumirlo, estamos en una montaña rusa económica, y parece que el camino hacia arriba está bloqueado. Y cuando bajamos raudos en el fondo nos chocamos con una brutal devaluación que desembocará en un desplome brutal de la recaudación. Y así. ¡Esperemos que alguien encuentre la llave pronto antes de que sea tarde!
