El Partido Justicialista (PJ bonaerense) de la provincia de Buenos Aires se reunió en Cañuelas bajo la conducción de Máximo Kirchner, en un encuentro clave para definir su postura ante las políticas de ajuste implementadas por el gobierno de Javier Milei. Esta reunión se convierte en el primer encuentro formal del partido luego de la derrota en las elecciones presidenciales, y se desarrolla en un clima de tensiones internas dentro del peronismo.
La expectativa era alta para el PJ bonaerense, especialmente respecto a la posibilidad de una foto de unidad entre Máximo y Axel Kicillof, quienes han mostrado distanciamiento desde las elecciones del año pasado. La intención de muchos líderes y referentes del peronismo era lograr esa imagen de unidad entre el presidente del partido y el gobernador, como muestra de cohesión en medio de las medidas implementadas por el nuevo gobierno.
Sin embargo, la ausencia de Kicillof en la reunión fue notoria. Durante el encuentro, Victoria Tolosa Paz preguntó si el gobernador había sido invitado, a lo que Máximo respondió que no, argumentando que Kicillof no forma parte del consejo del partido. Esta decisión generó sorpresa y revuelo entre los presentes, especialmente considerando los intentos previos de algunos intendentes y referentes peronistas por lograr esa foto de unidad.
María Teresa García, senadora provincial, aprovechó para recordarle a Tolosa Paz el desafío que esta había lanzado a Kicillof con una interna. La intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, propuso que en la próxima reunión del partido se invite formalmente al gobernador. Además, se planteó la posibilidad de cursar invitaciones a Cristina Kirchner y Sergio Massa. Algunos interpretaron como un intento de diluir la presencia de Kicillof en futuros encuentros partidarios.
Mientras tanto, Kicillof decidió mantenerse activo. Durante la misma jornada de la reunión del PJ, visitó una escuela en San Martín, distrito de Gabriel Katopodis. Fue uno de los referentes que trabajó para lograr la unidad que no se materializó en Cañuelas.
Detrás de estas tensiones entre Kicillof y Máximo se encuentra una disputa por el poder futuro en el peronismo. En especial ante la posible candidatura presidencial del gobernador. Estas diferencias podrían tener un impacto significativo en el panorama político del PJ bonaerense y del país en los próximos años. Además, se suman conflictos con Sergio Massa. Éste expresó sus diferencias con Kicillof en relación al control del Grupo Bapro, lo que agrega más complejidad a la situación interna del peronismo bonaerense.