El gobierno ha tomado la decisión de cerrar la agencia de noticias Télam, dejando a cientos de empleados sin trabajo. Esta acción, impulsada por el interventor Diego Chaher, ha generado un fuerte revuelo tanto entre los trabajadores como en la opinión pública.
Diego Chaher, en un comunicado por correo electrónico enviado a los empleados de Télam, les informó que quedan “dispensados de prestar servicios” por una semana, lo que efectivamente los deja sin trabajo durante ese período. Además, se ha desplegado un operativo policial en las sedes de la agencia, lo que ha generado preocupación entre los trabajadores.
El cierre de Télam también ha generado incertidumbre sobre el futuro de otros medios públicos, como la TV Pública, que podrían enfrentar un destino similar.
Javier Milei, quien previamente había amenazado con cerrar Télam, ha cumplido su promesa, lo que ha generado críticas por parte de sindicatos y líderes políticos que argumentan que el cierre de la agencia requiere autorización legislativa.
En resumen, el cierre de Télam representa un golpe para la libertad de prensa y plantea interrogantes sobre el futuro de los medios públicos en Argentina.
Además del impacto en los trabajadores de Télam, este cierre también plantea preocupaciones sobre la pluralidad de voces en el panorama mediático argentino. La clausura de una agencia de noticias tan importante como Télam podría tener repercusiones significativas en la diversidad de opiniones y en la capacidad de los ciudadanos para acceder a información objetiva y variada.