El presidente Milei ha condenado públicamente el aumento del 30% en los sueldos de los diputados y senadores, calificándolo de escandaloso bajo el pretexto de la falta de recursos financieros. Sin embargo, información exclusiva a la que accedió [Sin Censura] han expuesto la hipocresía de sus declaraciones, ya que tanto él como su gabinete se han otorgado aumentos salariales desproporcionados en comparación con cualquier trabajador.
De acuerdo con información a la que accedimpos, Milei ha aumentado su propio sueldo en un asombroso 48%, lo que lo coloca ahora en un rango de más de 6 millones de pesos por mes. Además, no está solo en este privilegio financiero, ya que otros miembros de su gabinete también han experimentado aumentos considerables, con salarios ahora oscilando entre 4 y 5 millones de pesos mensuales.
Este flagrante contraste entre las palabras y las acciones del presidente ha generado indignación en la opinión pública. Mientras Milei repite el mantra de “no hay plata” para justificar medidas de ajuste salvaje que afectan a los sectores más vulnerables, mientras él y su círculo cercano disfrutan de una situación económica privilegiada.
El cinismo de Milei al criticar el aumento de sueldos en el Congreso mientras él mismo y su gabinete se benefician de incrementos salariales significativos es una afrenta a la moralidad y la ética. Mientras tanto, los jubilados y otros sectores de la sociedad enfrentan dificultades económicas y precariedad.
Este episodio destaca la desfachatez, discrecionalidad y cinismo en el manejo de los recursos públicos. Los ciudadanos merecen líderes que actúen con coherencia y responsabilidad, en lugar de hipocresía, falacias y doble discurso.