El gobernador correntino Ricardo Colombi brindó un discurso incómodo con más de 100 policías que lo custodiaban
El público rodeado de policías de la provincia se manifestó en contra de la entrega del Iberá a la Nación, al grito de “¡Iberá, Iberá, Iberá!”, a quienes el gobernador chicaneó “pueden gritar todo lo que quieran”. En la tarde del domingo 11 de Septiembre, el Gobernador de la Provincia cerró el acto oficial de inauguración de la 108ª Exposición Rural de Ganadería, Industria y Comercio. Allí, dirigió su discurso a la multitud que se dividia en dos claros grupo; uno, con banderas argentinas que gritaban a coro el nombre del gobernador, bajo la organización de un sector político; y otro, de personas sin ningún tipo de cartelería o banderas, que reclamaron por el patrimonio correntino, los Esteros del Iberá. El público presente, durante el discurso del Gobernador Ricardo Colombi, se manifestó a favor de la conservación del patrimonio de todos los correntinos al grito de “¡Iberá, Iberá, Iberá!”, a quienes el gobernador chicaneó “pueden gritar todo lo que quieran”. Es importante destacar el fuerte control policial frente al escenario principal del predio, donde alrededor de 50 policías uniformados y otros vestidos de civil rodearon a los ciudadanos que fueron a expresar su descontento con las políticas de gobierno del primer mandatario de la provincia junto a los miembros del Poder Legislativo Provincial. Incluso el presidente de la Sociedad Rural de Mercedes, José Eloy Agosti, en su discurso minutos antes, había dejado en claro que el gobierno debía garantizar que el parque nacional proyectado no debe comprometer la reserva provincial de la Provincia de Corrientes; y manifestó su descontento con los Diputados Provinciales por haber votado una Ley sin haber informado ni dado aviso previo a la comunidad toda de lo que se estaba por tratar en el Congreso Provincial.
Además la policía de la provincia hizo todo lo posible por dejar un contexto agradable al Gobernador, puesto que la noche anterior a la inauguración oficial, quitaron pasacalles que, personas que luchan aún por defender el Iberá, colgaron en cercanías al predio de la Sociedad Rural. Sin embargo, la seguridad cotidiana deja mucho que desear ante la opinión pública por falta de patrullajes y controles periódicos, lo que muestra a las claras un uso ilegítimo de las fuerzas de seguridad.