China lanza un ataque económico brutal contra EEUU y sus aliados, lógicamente les répondra

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El choque comercial entre Estados Unidos y China ha llegado a otro nivel de tensión gracias a las últimas jugadas del gigante asiático. Esta vez, Pekín ha puesto el foco en las tierras raras (materiales clave para la tecnología y varios sectores industriales importantes) y ha dejado ver la debilidad de los países occidentales que dependen tanto de estos recursos.

Nuevas movidas de China

China ha decidido poner un impuesto del 34% a todos los productos estadounidenses que entre a partir del 10 de abril, en respuesta directa a los aranceles que impuso Estados Unidos durante la administración del presidente Donald Trump. Además, ha suspendido las licencias de importación para productos de seis empresas estadounidenses específicas (para que quede bien claro de quién se trata). Estas medidas forman parte de una estrategia más amplia para afianzar el control sobre la exportación de determinadas tierras raras.

Para que se entienda mejor, ya desde el 21 de diciembre de 2023 China venía limitando la exportación de tecnologías relacionadas con el procesamiento de estas tierras. Y a inicios de diciembre de 2024 se llegó a prohibir la exportación a Estados Unidos de minerales críticos como el galio, el germanio y el antimonio (minerales esenciales para la fabricación de semiconductores y aplicaciones en el ámbito militar). Oficialmente, estas normas se justifican para “preservar la seguridad nacional” (una explicación que, en la práctica, tiene muchas implicaciones comerciales).

El rol de las tierras raras

Las tierras raras engloban 17 elementos que son fundamentales para la tecnología moderna. Se usan para fabricar smartphones, baterías avanzadas, turbinas eólicas, paneles solares, vehículos eléctricos, satélites, misiles y chips electrónicos. Aunque China no tiene la totalidad de las reservas del mundo, produce cerca del 90% de estas tierras a nivel global y domina gran parte del proceso de extracción y refinamiento (lo que le da un control importante frente a los países occidentales que dependen de sus exportaciones).

Riesgos y reacciones sobre la mesa

Cuando, allá por 2010, China impuso restricciones similares, muchos países se vieron obligados a buscar proveedores alternativos y a apostar por el desarrollo de sustitutos tecnológicos (una situación que dejó claro lo vulnerable que es depender de un solo actor). Si estas tensiones siguen en aumento, es posible que encontremos de nuevo este escenario, poniendo en jaque la posición de liderazgo en este sector. Por ahora, tanto Estados Unidos como sus aliados se ven limitados en opciones debido a su dependencia del refinado que se hace en China.

El enfrentamiento entre ambas naciones va más allá de lo meramente comercial; se trata de una lucha estratégica donde cada decisión va en busca de debilitar la posición del otro en la carrera por el dominio tecnológico. Las tierras raras se han convertido en un punto débil reconocido por Estados Unidos y explotado con habilidad por China (usando sus recursos como una especie de ficha en el tablero geopolítico).

Este choque se puede ver como una especie de nueva guerra fría centrada en estos minerales. La capacidad de Pekín para mover mercados clave no solo demuestra su liderazgo económico, sino también su habilidad para utilizar sus recursos naturales como herramienta en la política internacional.

La situación actual nos invita a reflexionar sobre cómo estas disputas pueden moldear el mercado global y configurar el desarrollo tecnológico de mañana (por eso, es bueno estar atentos a lo que viene en este escenario tan dinámico).

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