La vida extraordinaria de Mario Salcedo: el hombre que vive en cruceros

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En un mundo en que muchos sueñan con largarse de la rutina, Mario Salcedo ha llevado esa idea al límite. Este hombre de negocios adinerado dejó atrás su piso y la vida en tierra firme para lanzarse a una aventura interminable a bordo de los cruceros más grandes del planeta. Su historia muestra de forma fascinante cómo alguien puede darle la vuelta a su vida de la manera más inesperada y atrevida.

Una vida poco convencional

Los cruceros se han vuelto una opción cada vez más atractiva para quienes cuentan con grandes recursos, pero pocos se han pasado por este rollo tan a fondo como Mario Salcedo. Desde hace más de 25 años, Salcedo ha convertido los barcos en su hogar permanente, andando constantemente por el mundo con la compañía Royal Caribbean. Para él, volver a una vida “normal” en tierra ya ni se pregunta.

La decisión radical de Mario se remonta a su juventud, cuando se la dedicó a su carrera en el mundo de las finanzas. Sin ambiciones de formar una familia o atarse de forma permanente, decidió dejarlo todo para vivir en el mar (una moña de libertad para disfrutar a su manera). Así, ahora vive algo que para muchos solo sería una escapada durante las vacaciones.

El día a día en alta mar

Para Mario, la vida en un crucero no es solo pura diversión; también funciona como su oficina. Sus jornadas transcurren entre piscinas brillantes, cubiertas soleadas y elegantes salones de baile. Desde su “oficina flotante”, sigue trabajando como inversor, lo que le permite costear este estilo de vida tan singular. En el barco tiene reservado un espacio apodado la “Oficina de Super Mario”, donde gestiona todas sus inversiones.

Esta forma de vida no viene barata. Mario desembolsa entre 70,000 y 100,000 dólares anuales para mantenerse en marcha, y a pesar del gasto, prefiere las cabinas interiores simples para economizar y poder pasar aún más tiempo navegando.

Retos en el mar

Vivir en cruceros no es un lecho de rosas. Salcedo padece lo que llaman la enfermedad del desembarque, un trastorno que afecta el oído interno y le hace sentir un constante bamboleo, incluso cuando está en tierra firme (imagina no poder caminar en línea recta). Esto le complica andar normalmente y ha mermado algo su equilibrio cuando pisa suelo sólido.

Raramente baja a tierra y, cuando lo hace, es solo para coger un vuelo hacia su próximo barco o para hacer gestiones administrativas puntuales. Sus paradas en su piso de Miami son muy breves y se limitan a los trámites imprescindibles.

Salud y el futuro a bordo

Aunque la enfermedad del desembarque supone un reto físico, Mario goza de buena salud en general. Las líneas de cruceros tienen normas bastante estrictas que impiden que embarquen a personas que requieran cuidados médicos continuos; así que, mientras se mantenga en forma, él seguirá surcando los mares sin cortarse.

La historia de Mario Salcedo nos invita a pensar en la posibilidad de forjar nuestro propio camino. Al dejar de lado lo típico por una vida llena de constantes aventuras marítimas, nos hace cuestionar nuestras elecciones diarias. ¿Y tú, te animarías a romper la rutina y lanzarte a lo desconocido? Quizás la respuesta te sorprenda tanto como la incesante travesía del mismísimo Super Mario.

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