Corrientes atraviesa hace muchos años una profunda crisis institucional en materia de salud, eso no es novedad, pero en estos últimos tiempos se va profundizando un poco más cada día. Ya hace unos días el gobernador Ricardo Colombi, ante los reiterados reclamos del sector respecto a falta de inversión, y sobre todo el tema salario de los profesionales de la salud, respondió, textualmente
“La salud pública, como en la docencia, se requiere mucha vocación. Por eso les llamo a la reflexión para que hagan honor a la actividad. El que no quiera seguir, que se vaya”.
En ese marco, se supo que el Hospital Pediátrico de la ciudad de Corrientes, capital de la homónima provincia, no hay personal médico disponible para programar las guardias del mes que entra. Este Hospital, que atiende a la población de los más vulnerables, se encuentra en estado deplorable, con personal precarizado, con equipos que dejaron de funcionar hace rato como por ejemplo, el tomógrafo, equipos de radiología ni ecografía y nadie se ocupa de arreglarlos, con escasez de personal médico, está al borde del colapso, ya que atiende casos de toda la provincia, toda la inversión que realiza el gobierno provincial es en ambulancias a fin de realizar los traslados de pacientes hacia este hospital. En todo el interior provincial ni siquiera existen servicios de neonatología, por no decir algún servicio de mayor complejidad.
Si hablamos de precarización, podemos mencionar a Colombi como un adelantado al sistema de empleo joven que impulsó esta semana el gobierno de Macri, donde trabajadores jóvenes tanto del sector sanitario como administrativo son empleados bajo la figura de “becarios” y reciben un salario de $1.200 (si, mil doscientos pesos por mes).
Debido a estos casos de explotación laboral los trabajadores conemplan la posibilidad de cortar la Avenida Artigas a la altura del Hospital Pediátrico de la misma manera que hicieron en diciembre del año pasado por motivos similares.-
Patty Mariño Issler