Luego de la inocultable opinión unánime de los expertos en seguridad informática respecto de la fragilidad y la vulnerabilidad del sistema electrónico de votación, a lo que se sumó la multitud de denuncias por irregularidades en la elección que llevó a Donald Trump a la presidencia de la potencia hegemónica planetaria, el Peronismo puso las barbas en remojo y los senadores del FpV-PJ como Juan Manuel Abal Medina y Omar Perotti anticiparon su votación en favor de la eliminación del chip electrónico.
La utilización del chip electrónico encierra una paradoja que lo torna inviable, para llevar adelante elecciones de cualquier índole bajo las premisas constitucionales, ya que según reza la Constitución de la Nación Argentina, el voto debe ser “Universal, Secreto y Obligatorio”. Pues bien. No es Universal, ya que su sistema tiene una lógica similar a la de un cajero automático. Y bastan 10 minutos observando un cajero automático en fechas de cobro, para apreciar la cantidad de gente que necesita asistencia para operar esas endemoniadas maquinolas.
Y la paradoja es la siguiente, si el chip tiene un código único, (para evitar votos mellizos, trillizos etc…) que identifica (el voto y no al votante) en el mismo se almacena hora, nº de mesa y otros datos que lo transforman en único y luego serán volcados a la “Database” que para explicarlo a los legos, es como una tabla exel pero no en lenguaje humano sino informático. Ahora bien, si el sistema es auditable, al acceder a la database, con la simple fórmula de cotejar una cámara de seguridad o filmación de celular que muestre el acceso a la mesa, con los horarios de voto de cada chip, sabremos con absoluta certeza, a quien votó cada uno. Y si esa database NO es auditable, el “código único del chip” tranquilamente puede tener una subrutina oculta en el sistema, que enlace ese número con el/los candidatos definidos de antemano, sin importar la voluntad del votante.
Y por último, la “obligatoriedad” Que tal como alertó la Dra Servini de Cubría, pueden aparecer a voluntad cantidades de votos en la database de gente que no fue a votar, y como en la auditoría se revisarían las “inconsistencias” entre lo digital y lo impreso, es IMPOSIBLE revisar si cada voto cuantificado en la base de datos, tiene un correlato en el papel, ya que si se auditaran 10.000 votos al azar (una enormidad) la posibilidad de detectar el fraude, en 10.000.000 de votantes, es idéntica a jugar a la quiniela a un número de tres cifras y embocarla.
Por lo expuesto anteriormente, celebramos que la decisión del Peronismo, sea constructiva, y haya tomado la postura, de preservar con su voto, la impresora de papel, eliminando el chip electrónico, que desde nuestra óptica sería si se utilizare, a todas luces la puesta en marcha del Fraude Patriótico 2.1
Daniel Arce