Desde que Trump prometió reforzar los controles migratorios, el artista plástico argentino sería el primer expulsado por la nueva administración norteamericana. Es propietario de una galería de arte en Nueva York y residía legalmente en el país desde el año 2007. El pasado 24 de febrero decidió viajar a la Argentina y ya no pudo regresar. Fue deportado.
“Fui interrogado bajo juramento y amenazado con la posibilidad de que se me negara el ingreso al país por cinco años. El oficial de control de fronteras me negó el derecho a la asesoría legal, diciendo arrogantemente que los abogados no tenían jurisdicción allí”, expresó Mosqueda en una carta en inglés titulada “La pared visible”, publicada en su cuenta de Instagram.
En su regreso a su vida en la galería Chamber al suroeste de Manhattan, el joven fue detenido por 14 horas en el aeropuerto John F. Kennedy. Lo trataron de manera deshumanizante y totalmente degradante. No le permitieron acceso a la comunicación ni a sus pertenencias. Le negaron comida. Sus cosas fueron examinadas minuciosamente sin cuidado y sin permiso. Lo revisaron tres veces antes de permitirle usar el baño, al cual concurrió con un vigilante y sin privacidad alguna. A las 14 hs. de calvario lo escoltaron al avión directo a Buenos Aires. Recién arribado a destino le devolvieron su documentación personal.
